¿Cómo saber si una caja de cambios está gastada?

La caja de cambios es un elemento esencial que asegura la transmisión de potencia del motor a las ruedas motrices. Su función es adaptar la velocidad de rotación de las ruedas, la potencia y la fuerza (par), según las necesidades. También se utiliza para invertir la dirección de rotación de las ruedas cuando usa la marcha atrás. Por último, en punto muerto desacopla el motor y las ruedas. Esto es así en diferentes modelos, desde las cajas de cambios mecánicas hasta las versiones robotizadas, las cajas de cambios automáticas o cajas de cambios las secuenciales.

Ten en cuenta que una caja de cambios manual necesita un embrague para funcionar, mientras que una caja de cambios automática utiliza un convertidor de par hidrodinámico. Estos elementos, y muchos otros que componen el tren motriz, necesitan revisarse con su debida frecuencia. Sin ellos, el coche deja de moverse.

¿Las ruedas ya no responden cuando pretendes avanzar? Es posible que la caja de cambios se haya roto. Antes de llegar a ese punto, hay muchas señales que deberían ponerte sobre aviso:

• La caja de cambios se bloquea, es decir, cuesta meter las marchas o es del todo imposible;
• la caja de cambios hace un ruido metálico;
• las marchas saltan: esto puede indicar una pérdida de aceite de caja.

El funcionamiento de una caja de cambios automática implica elementos que no se encuentran en una caja de cambios manual. Para este tipo de caja automatizada, algunos signos de deterioro no engañan:

• El tiempo de arranque desde el punto muerto es más largo de lo habitual;
• tienes que dar más potencia para que cambie a la siguiente marcha;
• las marchas no cambian bien o no cambian en absoluto.

Para evitar averías en la caja de cambios automática o manual, es importante realizar un mantenimiento con regularidad, por ejemplo, durante una revisión en una cita Peugeot. El control del buen funcionamiento de esta pieza incluye:

• Control del nivel de aceite, que se realizará durante cada revisión;
• cambio del líquido caja de cambios que se realizará cada 50.000 km para una transmisión automática y cada 100.000 km para las versiones manuales;
• comprobación de la caseta de mando que selecciona las marchas, pero también de los soportes de la caja, que se hará en cada mantenimiento.

Si el nivel de aceite baja demasiado rápido, puede ser señal de una fuga. Es importante reparar el fallo antes de que el problema empeore. De hecho, si no se repara, la caja de cambios puede romperse, por lo que no te quedará más remedio que reemplazarla.

Drenar la caja de cambios significa cambiar el aceite de la caja. Este aceite se utiliza para lubricar todos sus engranajes y, con ello, asegurar su correcto funcionamiento. Cuando el aceite es demasiado viejo, no lubrica bien y las partes metálicas friccionan entre sí, se desgastan más rápidamente y pueden romperse.

Durante el cambio del líquido de la caja de cambios, el técnico puede elegir entre dos tipos de lubricantes:

• Aceite mineral, barato y adecuado para transmisiones manuales;
• aceite sintético que tiene un alto índice de viscosidad y dura más tiempo. Es adecuado para cajas de cambios automáticas y vehículos potentes con transmisión manual.

El aceite de la caja de cambios se vierte en un depósito ubicado a la altura del motor. La cantidad de aceite depende del vehículo; este dato aparece en el libro de mantenimiento. Se necesitan aproximadamente 3.5 litros para una caja de cambios manual y, a veces, hasta 7 litros de aceite de transmisión para una versión automática.