¿Cómo funciona una batería de iones de litio?

Utilizada por primera vez por Sony Energitech, la batería de iones de litio irrumpió en la electrónica de consumo a principios de los años noventa. A día de hoy es posible encontrarla en los teléfonos inteligentes, bicicletas eléctricas y básculas de cocina. El funcionamiento de una batería de litio se basa en un fenómeno químico reversible que permite producir electricidad. A diferencia de las antiguas baterías de plomo, estos modelos son capaces de suministrar decenas de kilovatios-hora.

En los años venideros, cabe esperar que los ingenieros sigan trabajando en nuevas baterías, empleando otros minerales, como el sodio, o mejorando la tecnología actual. Con el propósito de garantizar su producción de coches eléctricos, Stellantis se ha asociado con el gigante surcoreano LG para construir y explotar una nueva fábrica en Norteamérica, lo que seguramente contribuirá a asegurar el suministro.

Una batería de iones de litio está formada por dos electrodos que se sumergen en un gel llamado electrolito. Mientras que el ánodo contiene litio, el cátodo ha sido fabricado en óxido de cobalto (CoO2) o fosfato de hierro. Es el litio el componente que se utiliza específicamente porque su átomo tiende a liberar un electrón con facilidad.

Al arrancar el motor, los electrones fluyen del ánodo al cátodo y producen corriente eléctrica. Aquellos átomos de litio que han cedido un electrón ya no estarán enteros y pasarán a convertirse en iones de litio positivos, que es lo que da nombre a este tipo de batería. Acto seguido, abandonan el ánodo y vuelven al electrolito. 

Cuando los electrones llegan al cátodo, la polaridad cambia y el equilibrio se restablece con la llegada de iones de litio positivos procedentes del electrolito, atraídos por las cargas negativas de los electrones. Así es precisamente como se descarga la batería. En cambio, en la recarga, los electrones han de ir en sentido contrario, es decir, del cátodo al ánodo.

La principal ventaja de una batería de iones de litio es que no tiene efecto memoria. Esto significa que no es necesario vaciarla completamente antes de recargarla. Así que podrá enchufar su coche, independientemente del nivel de la batería. Asimismo, registra una baja tasa de autodescarga, por lo que puede utilizarla siempre que quiera, sin necesidad de programar una recarga previa.

Cabe subrayar que el funcionamiento de una batería de iones de litio admite realizar infinidad de ciclos, no requiere ningún mantenimiento especial y es reciclable. También hay quienes consideran que se trata de una tecnología de bajas emisiones. La última ventaja recae en su composición. Considerando que el litio es uno de los elementos más ligeros, esto naturalmente influirá en que el coche sea también ligero.

Sin embargo, el empleo de baterías de iones de litio no está exento de inconvenientes. El principal escollo de esta tecnología es su elevado precio. Algunas personas también critican el riesgo de sobrecalentamiento y de fugas, aunque todos los modelos ahora vienen equipados con dispositivos de seguridad. Además, este tipo de batería tiende a desgastarse, aunque no la use. Es precisamente por eso que los modelos Citroën de ocasión se someten a una rigurosa evaluación antes de ser revendidos.

A continuación, le facilitamos algunos consejos para mantener una batería de iones de litio en buen estado durante más tiempo. Así podrá  disfrutar de toda la autonomía de su coche eléctrico mes a mes.

• Utilice el vehículo con regularidad y conduzca con suavidad, lo que evitará que la batería de litio se descargue demasiado rápido.
• Enchufe el coche tan a menudo como le sea posible, incluso si la batería solo está un poco vacía, y mantenga el nivel de carga entre el 20 y el 80 %. Esto preserva la estructura química de la batería y evita el desgaste prematuro.
• Opte por la carga lenta, que genera mucho menos calor que la carga rápida o de alta potencia. En una batería envejecida, un aumento de escasos grados puede provocar una pérdida de electrolito. Y recuerde esperar siempre unos minutos antes de volver a arrancar el vehículo para darle tiempo a que se enfríe un poco.